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  Lectio divina
 






La lectio divina “lectura de Dios”
 
 
La lectio divina es el mejor método de lectura-oración-reflexión que tiene la iglesia para poder conocer, profundizar y vivir la palabra de Dios. Es un método que favorece el encuentro personal y comunitario con el señor por medio de su palabra. Es una metodología que ayuda a conocer el texto, a gustar de el, a reflexionarlo, a encontra a Dios en el y a dejar que el señor nos hable e ilumine nuestra vida por ese medio.
 
Pasos.
 
 Lectio (lectura): primero que todo, antes de comenzar a leer debemos pedirle al espíritu santo que nos ilumine para así comprender el mensaje que Dios nos tiene en el texto. Este es el primer paso de la lectio divina, consiste en leer y releer el texto de la Biblia, identificando los personajes, la acción, los símbolos, las palabras claves. Tener en cuenta en que época se sitúa el texto. Nos podemos preguntar: ¿Qué dice el texto?
 
        Aquí no hay prisa, es gustar de la palabra para conocer al señor que nos habla por medio de ella.
 
 Meditatio (meditación): Debemos colocarnos en los zapatos de los personajes, ¿Qué esta pensando, que siente, etc.? Después de haber leído el texto varia veces podemos empezar a aplicarlo en la vida, ¿Qué nos quiere decir Dios por medio del texto?, esta reflexión pretende ver la riqueza del texto y buscar entre todos el mensaje y la actualidad de dichas enseñanzas para nosotros hoy, aquí y ahora.
 
        Esta actitud de rumiar el texto tiene como finalidad el descubrir el mensaje que la palabra encierra para mi en el hoy: es un dialogo entre lo que Dios me dice en su palabra y mi vida El texto así adquiere actualidad y se convierte en un mensaje para mi. Nos podemos preguntar. ¿Qué me dice el texto en mi situación personal?
 
 Contemplatio (contemplación): es la oración totalmente gratuita, desinteresada, donde simplemente buscamos conocer al señor y estar son el, mirándolo, aprendiendo su estilo, su manera de ver las cosas, de actuar. Lo miramos para imitarlo, para vivir como él lo hizo, para ser como el.
 
        Uno podría participar del pasaje, siendo uno más de la escena, buscando vivir lo que se esta narrando en el texto. Colocarse al lado de Jesús, o de los personajes, y ver lo que hacen, oír lo que dicen, mirar sus gestos y reacciones. Principalmente mirar a Jesús, mirarle a los ojos, ver como se manifiesta, como es, como está, que hace, lo que siente, como reacciona, sus actitudes, sus gestos.
 
        Algo muy importante es darse un tiempo de silencio para escuchar lo que el señor inspira, dejar que el señor se revele en la profundidad del silencio.
 
   Oratio (oración): este es el momento propio del encuentro personal e íntimo con el señor, es el momento de la oración.
 
        Después de haber escuchado la palabra, de haber reflexionado, conocido por dentro, de haber participado en el pasaje y de haber conocido a Jesús o a los personajes, después de escuchar al padre, por medio de la palabra, ¿Qué le digo?, ¿Qué tengo en el corazón que me gustaría expresarle al señor? Después de haber conocido y visto su revelación o manifestación, ¿Qué dejo el texto en mi y que me inspira a manifestarle al señor?, lo que siento, lo que necesito, lo que me tocó. Es importante que las oraciones sean dirigidas directamente al señor, para que no resulte un comentario, sino un dialogo de corazón a corazón con el padre o con Jesús, o con el espíritu Santo.
 
 Actio (acción): es el momento de llevar a la practica lo Dios ha puesto en mi en este encuentro.
 
        El actuar es una parte que nos quiere recordar que la palabra no es solo para ser conocida, reflexionada, sino que ella debe ser vivida, llevada a la práctica. Jesús nos dice: bienaventurados los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en practica (Lc 8,21; 11, 28). De ahí que no podemos tener una actitud de espectadores, sino que debemos sentirnos implicados en y con el texto.
 
        Después de este encuentro con la palabra y con el señor por medio de ella, no puedo salir igual, no puedo tener la misma forma de vida, algo debe cambiar en mi vida.  
 
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